DÓNDE MIRAR CUANDO LA DUDA SURGE

David Wilkerson (1931-2011)

Noé vivió en una generación que se había salido de control. La violencia y el crimen eran rampantes y una maldad indescriptible se había extendido desenfrenadamente.

“Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra … Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra … Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho” (Génesis 6:5-7).

Dios le dijo a Noé: “Voy a destruir toda carne, pero te preservaré a ti y a tu familia. Quiero que construyas un arca, Noé; y reúnas en ella a todas las especies animales, en parejas. Mientras estés construyendo, mostraré misericordia a los habitantes de la tierra por una temporada y luego enviaré una lluvia que no se detendrá durante cuarenta días y noches. Un gran diluvio borrará a todos los seres vivos”. Entonces Dios le dio a Noé las dimensiones del arca, su longitud, ancho y profundidad, con gran detalle (ver Génesis 6:11-22).

A Noé se le encomendó la tarea de construir un arca enorme mientras vivía en un mundo violento y peligroso. Tuvo que aceptarlo todo por fe, sin dirección adicional durante muchos años. Estoy seguro de que la gente se burlaba de él y lo amenazaba mientras trabajaba tediosamente, pero él siguió construyendo y creyendo mientras el mundo a su alrededor bailaba, festejaba y se sumergía en la sensualidad.

Dios le dijo a este hombre: “Te estoy pidiendo que me obedezcas; y si alguna vez empiezas a dudar, debes confiar en lo que te he dicho”. Esto era tan ilógico e irrazonable que Noé debió haberse desanimado a veces y preguntado si realmente él había oído a Dios.

¿Alguna vez has sentido que Dios te estaba hablando y luego hubo silencio? ¿Sin una siguiente instrucción ni señal del cielo? ¡Anímate! Noé se mantuvo fiel y, debido a su obediencia, aparece como un vencedor en el “Salón de la Fe”, convirtiéndose en un “heredero de la justicia que viene por la fe” (Hebreos 11:7). En tu momento de problemas, confía en que, al igual que los grandes héroes mencionados, la victoria es tuya en Cristo.