CONSIDERANDO EL RESULTADO DE TU PRUEBA

Tim Dilena

“Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada. Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se la dará; no los reprenderá por pedirla” (Santiago 1:2-5, NTV).

Santiago era un líder con una forma directa de hablar: carente de halagos o preámbulos, era franco y e iba directo al asunto. Después de un saludo de una sola palabra, él se dirigió directamente a su carta con este imperativo: “Considérenlo como un tiempo para alegrarse”. En otras palabras, sé feliz cuando estés en un lugar poco agradable llamado dificultad. Pero alegrarse cuando las cosas son difíciles es un desafío, por lo que las siguientes cuatro palabras te ayudarán a comprender cómo puedes obtenerlo.

CONSIDERAR – SABER– DEJAR – PEDIR

Santiago sabe que cuando vienes a Jesús vas a enfrentar pruebas y tribulaciones; y él dice ‘cuando’, no ‘si es que’, las enfrentas, lo debes considerar como un tiempo para alegrarse. Puede que tengas que reenfocarte para encontrar la alegría, pero ahí está. Viene al considerar el resultado de lo que estás soportando y de seguir la amonestación bíblica a reflexionar profundamente al respecto.

No te rindas antes de que acabe tu prueba. Algo importante que debes saber es que tus pruebas no sacan nada de ti; más bien, están produciendo cosas buenas en ti. Puedes sentir que Dios está en contra tuya, pero él está a favor de ti y te está madurando, así que no abortes su misión. En otras palabras, no desperdicies tus pruebas. Podrías estar cerca del final, así que debes dejar que la gracia de Dios te permita soportar.

Finalmente, ¿qué pasa si llegas a un lugar donde no tienes idea de qué hacer? Simplemente debes pedir a Dios sabiduría y él te guiará. De hecho, pedirle a Dios es sólo otra manera de decir ‘orar’, así que confía en él y pídele libremente, con confianza. 

“Tim Dilena pastoreó durante 30 años en Detroit y luego en la ciudad de Nueva York en el Tabernáculo de Brooklyn. En la actualidad, el pastor Tim, su esposa Cindy y sus 4 hijos, pastorean en Lafayette, estado de Luisiana, Estados Unidos”.