Buscando la Unidad en Cristo

David Wilkerson (1931-2011)

“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros” (2 Corintios 13:14). Este conocido versículo se usa a menudo como una bendición en los servicios de la iglesia, pero es más que una bendición. Es el resumen de Pablo de todo lo que ha estado enseñando a los corintios sobre el amor de Dios.

  1. La gracia de Jesucristo

Pablo dice que la gracia va a [enseñarnos] que, “renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente” (Tito 2:12). Para vivir vidas santas y puras, necesitamos que el Espíritu Santo haga brillar en nuestras almas la verdad fundamental de esta doctrina. Gracias al Señor, él no nos juzga de acuerdo con nuestra condición. En cambio, nos juzga por nuestra posición. Verás, aunque somos débiles y pecadores, hemos entregado nuestros corazones a Jesús; y por fe el Padre nos ha sentado con Cristo en los lugares celestiales.

  1. El amor de Dios.

“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser” (1 Corintios 13:4-8). Aunque estos versículos se aplican comúnmente sobre creyentes, ¡es el amor de Dios que nunca falla! El suyo es un amor que es incondicional y nunca se rinde. El amor del Dios todopoderoso es indescriptible.

  1. La comunión del Espíritu Santo.

La frase griega que Pablo usa se traduce como “la comunión del Espíritu Santo”. Al principio, los corintios no sabían nada de esa comunión, ya que la iglesia estaba desenfrenada en su individualismo. Pablo incluso dijo de ellos: “Cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo” (1 Corintios 1:12). Estaban usando sus dones espirituales para servirse sólo a sí mismos. Sin embargo, la obra más profunda del Espíritu Santo trata con algo más que dones espirituales. Él busca establecer comunión entre el pueblo de Dios mediante su poder unificador.

La medida de la gracia de Cristo y el amor de Dios en tu vida está determinada por tu disposición a estar en plena unidad y unión con todo el cuerpo de Cristo. ¿Qué significa tener unidad y unión? Significa eliminar todos los celos y la competencia; y ya no compararte con los demás. En lugar de ello, todos se regocijan cuando un hermano o hermana es bendecido. Y todos están ansiosos por dar en lugar de tomar. Sólo este tipo de comunión revela verdaderamente la gracia de Cristo y el amor de Dios.

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