Tus sentimientos ciertamente no afectan tu salvación ni tu relación con el Señor. Pueden tratar de engañarte o robarte la paz y el gozo en Cristo; incluso pueden acosarte o acusarte. Pero es tiempo de que reconozcas que algunos sentimientos inquietantes son mensajes del enemigo, destinados a hacer que caigas en la desesperación y el miedo.
Puedes estar andando en el Espíritu, leyendo tu Biblia, orando y amando al Señor con todo tu corazón cuando repentina e inesperadamente, sentimientos perturbadores inundan tu mente y espíritu. Los principados malvados te abruman con sentimientos negativos no deseados cuando menos lo esperas. Si los pasas por alto, tus emociones pueden arrastrarte hacia abajo y distorsionar tu visión.
Las personas pueden usar teología y fórmulas sencillas, tales como: “¡No deberías sentirte así! ¿Dónde esta tu fe? ¡Dios quiere que vivas siempre en victoria y alegría”. Pero Dios quiere enseñarte algunas lecciones poderosas sobre los sentimientos y cómo lidiar con ellos; y es vital que te armes con la Palabra de Dios.
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7). Tu Padre amoroso no te ha dado sentimientos de temor y duda; en cambio, su regalo para ti es una mente perfectamente sana, de dominio propio.
“Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales… derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:3-5).
Estos sentimientos de abatimiento son tácticas del enemigo que te hacen cuestionar la fidelidad de Dios. ¡Pero Dios no es el autor de ellos! Hoy puedes convertir la tentación de la duda en una oportunidad para una gran alabanza, al derribar pensamientos negativos en el nombre de Jesús.