Ante los Fracasos

Claude Houde

Varios estudios en sociología y otras ciencias de la educación demuestran que un niño sobreprotegido que se ha librado de todo, que sólo conoció victorias, estará en desventaja, incluso quizás en grave peligro cuando lo golpeen las grandes pruebas de la vida.

Es natural querer proteger a nuestros hijos, pero una de las habilidades más extraordinarias que estamos llamados a desarrollar para nuestras familias es una visión bíblica y saludable de cómo pasar las pruebas.

No tengamos temor. No desesperemos ante los fracasos, las pruebas, las desventajas, los retrasos o los desiertos que estemos atravesando. Son herramientas poderosas en las manos de Dios para hablar al corazón de nuestros hijos, para moldearnos y para transformarnos. Tu familia hoy necesita escuchar la voz de Dios que dice: “No te dejaré, ni te desampararé” (Josué 1:5), “Yo soy el Alfa y la Omega” (Apocalipsis 22:13) y “¡Yo sigo aún obrando! Mis misericordias nunca se acaban; se renuevan cada mañana” (ver Lamentaciones 3:23). “Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, y no las hay; seca está de sed su lengua; yo Jehová los oiré, yo el Dios de Israel no los desampararé” (Isaías 41:17).

No limitemos a nuestro Dios. En lugar de ello, veamos cuántos hombres y mujeres en la Biblia, Abraham, Moisés, David, Gedeón, José, Pedro, Pablo, María, Sara, Ester, fueron moldeados, consolados, transformados y usados por Dios a pesar de una vida llena de pruebas y fracasos de los que se recuperaron.

“Come, hijo mío, de la miel, porque es buena, y el panal es dulce a tu paladar. Así será a tu alma el conocimiento de la sabiduría; si la hallares tendrás recompensa, y al fin tu esperanza no será cortada. Oh impío, no aceches la tienda del justo, no saquees su cámara; porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; mas los impíos caerán en el mal” (Proverbios 24:13-16).

Esta semana, recuerda que independientemente de cuántas veces dobles tu rodilla, Dios te levantará. El sufrimiento contiene un gran bien para nosotros y para nuestros hijos, tanto ahora como en el futuro.