​DIOS ESTÁ OBLIGADO A SU PALABRA

David Wilkerson (1931-2011)

La confianza en la oración proviene de tener un conocimiento de algo llamado “precedente vinculante”. Si puedes captar esta verdad, cambiará para siempre la forma en la que oras. Un precedente es un “caso anterior” que sirve de ejemplo en casos posteriores. Y un “precedente vinculante” es una decisión legal tomada en el pasado que se convierte en una regla de autoridad para casos similares en el futuro. Para los jueces, esto significa tener que hacer valer una decisión que ya se ha tomado.

Los buenos abogados regularmente confían en el “precedente vinculante” para sus casos, porque saben que un precedente soportará al tribunal. Buscan en sus libros de leyes para encontrar casos favorables del pasado que puedan fortalecer sus argumentos en los tribunales; y también buscan el consejo de asesores legales calificados que señalen decisiones precedentes relacionadas con su propio caso.

En toda la Biblia encontramos hombres y mujeres santos que buscan este tipo de “precedente vinculante”. Un ejemplo perfecto de esto es el Rey Josafat. Cuando Josafat gobernaba sobre Judá, se enfrentó a un ejército invasor. La nación temblaba de impotencia ante esta poderosa fuerza, por lo que Josafat “humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá” (2 Crónicas 20:3). El pueblo oró, ayunó, intercedió y se arrepintió; y el rey presentó ante él las “misericordias precedentes” de Dios:

“Oh, Señor, Dios de nuestros padres, ¿no eres Dios en el cielo, y no gobiernas sobre todos los reinos de las naciones, y en tu mano no hay poder y fuerza, de modo que nadie pueda resistirte?” (20:6). Josafat estaba vinculando a Dios a sus misericordias pasadas: “Dios nuestro, ¿no echaste tú los moradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de Abraham tu amigo para siempre?” (20:7).

Josafat le recordó a Dios: “Señor, tú le diste a tu pueblo una palabra eterna, y ahora la traigo ante ti. Las promesas que hiciste a Abraham y nuestros padres todavía te obligan a cumplirlas”. Por supuesto, Dios respondió a Josafat y el enemigo de Judá fue derrotado. Dios estaba obligado a su propia Palabra.

Sé osado en oración hoy y observa cómo él cumple sus promesas en tu vida.