ÁNIMO PARA LOS QUE HAN SIDO CEGADOS POR EL DIABLO

David Wilkerson (1931-2011)

En Isaías 51, el Señor da un mensaje poderoso a todos los que siguen la justicia. Él declara: “Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová” (51:1). Unos versículos más adelante, él vuelve a llamar a “los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley” (51:7). Cuando Isaías dio este mensaje, su audiencia inmediata fue Israel, sin embargo, Dios dirige este llamado a cada creyente devoto de hoy, a todos los que van a seguir a Jesús con una mayor pasión. Luego, Dios se refiere a sus oyentes como “afligida, ebria, y no de vino” (51:21).

Cuando Isaías profetizó, Israel estaba esclavizada por Babilonia y Dios quería que su pueblo precioso supiera que él reconocía su situación. Del mismo modo, hoy, él se dirige a todos los cristianos que han quedado cautivos en alguna forma de esclavitud. Esta esclavitud puede ser mental, física o espiritual, cualquiera es igual para Dios. Sus ojos están puestos en cada santo que se tambalea bajo el peso de una carga terrible y les da esta palabra:

“No pienses ni por un momento que este peso ha venido sobre ti como resultado del pecado. Por el contrario, estás bajo un ataque directo de Satanás. El enemigo de tu alma te ha acusado y atormentado y ahora, como una persona que está ebria en el vino, estás mareado por el efecto. Has sido cegado por el diablo, pero yo quiero tu oído porque tengo una palabra para hablarte”.

Si estás soportando una noche oscura del alma, agobiado por cadenas pecaminosas o sentado en un montón de cenizas del fracaso evidente, Dios tiene un mensaje sólo para ti: “He aquí he quitado de tu mano el cáliz de aturdimiento … Y lo pondré en mano de tus angustiadores” (51:22-23)

El Señor está diciendo: “Estoy aquí para defender tu causa, para intervenir por ti. Tomaré de ti la copa de miedo que está plagando tu vida y la pondré en las manos de los que te oprimen. No permitiré que este hostigamiento continúe”.