¿QUIÉN PONE LAS COSAS EN ORDEN EN TU VIDA?

David Wilkerson (1931-2011)

“Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu” (Gálatas 5:25). El apóstol Pablo nos da esta instrucción muy simple en términos sencillos: “Si el Espíritu Santo vive en ti, deja que él tenga el control total de tu vida”.

Todos debemos ser guiados por el Espíritu. Él fue enviado para ser nuestro guía constante e infalible; y él permanece en todos los que confiesan a Cristo como Señor y Salvador. La mayoría de los cristianos no tiene problemas para aceptar que el Espíritu Santo nos guía a Jesús; y no tenemos ningún problema en creer que el Espíritu está continuamente obrando en nosotros en todo momento.

Le damos honor al Espíritu, predicamos acerca de él, enseñamos sobre sus dones y frutos; y la mayoría de nosotros lo hemos invocado pidiéndole consuelo en tiempos de crisis. Le oramos, lo buscamos, le rogamos que abra los cielos, que su iglesia despierte y experimente las manifestaciones genuinas de su morada en nosotros. Pero parece que sabemos muy poco acerca de lo que significa andar en el Espíritu.

Comprender la verdad acerca de andar en el Espíritu podría librar a muchos de la confusión, la lucha, la angustia, la indecisión, incluso de los deseos de la carne. Entonces, ¿qué es esta verdad? Pablo lo resumió claramente: “Entrega tu voluntad al Espíritu Santo y confía en que su voz apacible y suave te dirigirá en todas las cosas”. De hecho, la Palabra de Dios dice: “Por Jehová son ordenados los pasos del hombre” (Salmos 37:23). ¿Y quién pone en orden? ¡El Espíritu Santo!

La carne tiene su propia voluntad obstinada y actúa como le plazca. Hace lo que sea que elija y luego le pide a Dios que bendiga esas elecciones, declarando: “Dios me dio una mente sana y puedo tomar decisiones inteligentes. No tengo que esperar en él para que me guíe”. Pero incluso el mismo Cristo dijo: “No puedo yo hacer nada por mí mismo … porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre” (Juan 5:30). Así como Jesús esperaba en el Padre, siempre buscando tener su sentir, nosotros debemos seguir su ejemplo perfecto.