¿Qué se Requiere para un Caminar Agradable?

David Wilkerson (1931-2011)

“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche” (2 Pedro 3:9-10).

En este instante, el mundo está en un desorden aterrador. Dios advierte a sus fieles para que cuando el desastre repentino golpee, no se dejen llevar por el temor. El pueblo de Dios debe saber que pase lo que pase, esto no es un accidente o un acto aleatorio. Deben tener la paz de Cristo en sus corazones y saber que Dios todavía es el amo del universo. De esta manera, habrán sido advertidos y no entrarán en pánico cuando el corazón de otros hombres les falle por temor.

Muchos cristianos se avergüenzan cuando leen el mensaje que da Pedro, y por dentro pueden preguntarse: “¿Por qué tenemos que recordar esto? Ya hay tantas malas noticias y estrés”.

Pedro prosiguió diciendo: “[Vosotros] sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (3:17-18).

Pablo también predicó: “Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios” (Colosenses 1:10).

Considerando los mensajes de estos dos apóstoles, ¿cuál podríamos esperar que sea la palabra para una sociedad a punto de ser juzgada en nuestro tiempo? Vemos que esa palabra viene de Pablo y está dirigida a los amados en Cristo: “Mi oración por ti es que busques intimidad, crezcas en entendimiento espiritual y camines digno de Cristo” (Colosenses 1:9-10, paráfrasis).

¿Qué se necesita para un caminar tan agradable? Pablo nos dice: “Como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de un corazón compasivo, bondadoso, humilde, manso y paciente. Sobre todo el que tenga una queja contra el otro, sopórtense y se perdónense unos a otros. Así como el Señor les perdonó, también ustedes deben perdonar” (ver Colosenses 3:12-13).

Examinar tu caminar con Cristo significa mirar no tanto lo que estás haciendo sino más bien a lo que te estás convirtiendo. Ambos, Pedro y Pablo están diciendo: “No temas lo que está por delante. Recuerda siempre la Palabra de Dios, a través de todas las cosas. Y mientras tanto, deja que el Espíritu Santo te convierta en una persona diferente y más parecida a Cristo”.