“No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas” (Mateo 6:31-32).
Jesús nos dice que la preocupación, por el futuro de nuestra familia, por los trabajos, por cómo vamos a sobrevivir, es la forma de vida de los paganos. Jesús está hablando aquí de aquellos que no tienen un Padre celestial. No conocen a Dios como él quiere ser conocido, como un Padre celestial que se preocupa, provee y ama.
“No os afanéis por el día de mañana” (v. 34). En estas sencillas palabras, Jesús nos manda: “No te inquietes, no te preocupes, por lo que podría o no pasar mañana. Tú no puedes cambiar nada. Y preocuparte no ayuda. Cuando lo haces, sólo estás haciendo lo que hacen los paganos". Entonces Jesús dice: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (v. 33). En otras palabras, debes seguir amando a Jesús. Debes seguir adelante, poniendo todas tus preocupaciones sobre él. Debes seguir descansando en su fidelidad. Tu Padre celestial se encargará de que recibas todas las cosas esenciales de la vida.
Me pregunto si los ángeles están desconcertados por toda la preocupación y ansiedad de aquellos que dicen confiar en Dios. Para ellos debe parecer tan degradante, tan insultante para el Señor, que nos preocupemos como si no tuviéramos un Padre en el cielo que cuida de nosotros. ¿Qué preguntas desconcertantes deben hacerse los ángeles entre sí: “¿No tienen un Padre que está en los cielos? ¿No creen que los ama? ¿No les dijo que él sabe todo acerca de sus necesidades? ¿No creen que el que alimenta a las aves y a todo el reino animal los alimentará y vestirá? ¿Cómo pueden inquietarse y preocuparse si saben que él posee todo el poder, toda la riqueza y puede suplir las necesidades de toda la creación? ¿Acusarían a su Padre celestial de negligencia, como si no fuera fiel a su palabra?"
Tienes un Padre celestial. ¡Confía en él!