¿ESTÁS DISPONIBLE PARA SER USADO POR DIOS?

Nicky Cruz

¿Cuántos de nosotros realmente entendemos lo que significa caminar en el Espíritu de Dios, vivir con la pasión de Jesús, confiar en Dios con una fe cruda, genuina y poderosa? ¡Una fe que no conoce límites y no teme a nada! Una fe que puede mirar al demonio a los ojos y decir: “¡No puedes avanzar más! ¡Ya no tienes control sobre mí! ¡Eres débil, impotente y estás expuesto!” Una fe que pueda mover cualquier montaña, sin importar cuán alta, ancha o difícil sea. Sin embargo, ésa es la clase de fe que Dios exige a aquellos que quieren ver su poder. Es lo único que puede activar el verdadero poder y la autoridad del Espíritu Santo en las vidas.

Si quieres cambiar el mundo, comienza dejando que Dios te cambie a ti. Al dejar que la pasión de Jesús se convierta en tu pasión. Al permitir que el Espíritu Santo sea tu único guía y mentor en cada paso, cada minuto del día. Permitiendo que Dios encienda tu corazón para él.

Como creyentes, se nos ha dado un regalo más grande del que podríamos imaginar o pedir. Se nos ha confiado la bendición más poderosa que jamás hayamos recibido: el don del Espíritu Santo. ¡El Espíritu de Dios! Él vive dentro de nosotros, dirigiéndonos, guiándonos, capacitándonos para cosas grandes y poderosas. Y llenándonos de fe.

Una de las mejores cosas acerca de seguir a Jesús es que no tienes que ser rico o famoso o un gran orador o evangelista para caminar en fe y hacer un impacto en el mundo. Sólo debes estar dispuesto a dejar que Dios te use. Sólo debes estar disponible cuando Dios necesite un siervo para enseñar o tocar o ayudar a otra persona en su nombre. Sólo tienes que estar allí. ¡Y qué alentador es saber que cualquiera de nosotros puede hacer eso!

Nicky Cruz, evangelista internacionalmente conocido y prolífico autor, se volvió a Jesucristo de una vida de violencia y crimen después de encontrarse con David Wilkerson en la ciudad de Nueva York en 1958 La historia de su dramática conversión fue contada por primera vez en el libro “La Cruz y el Puñal” escrito por David Wilkerson y más tarde en su propio best seller “Corre, Nicky, Corre”.