¿Está Creciendo tu Pasión por Dios?

David Wilkerson (1931-2011)

¿Puedo darte una palabra que creo que proviene de la mente de Cristo a través del Espíritu Santo? Tiene que ver con lo que creo que es una de las mayores necesidades de la iglesia hoy. De hecho, es una palabra que todo creyente debería oír.

Esta es la palabra: Un número creciente de cristianos ya no está completamente satisfecho con Cristo. Él está siendo destronado por lo que el mismo Señor llamó espinos. Jesús definió los espinos como las preocupaciones de este mundo, el engaño de las riquezas, los deseos de otras cosas que entran en el corazón. Cristo dijo que estos son los espinos que ahogan la Palabra y la hacen infructuosa.

Te pregunto, ¿está el Señor más en tu mente que hace un año? ¿Pasas más tiempo en su presencia que hace un año? ¿Tu pasión por él está creciendo o marchitándose?

Muchos de los que alguna vez estuvieron apasionadamente enamorados de Cristo ahora corren en pos de sus propios intereses. Están agobiados por el estrés y los problemas, persiguiendo riquezas y las cosas de este mundo. Se han vuelto fríos o tibios; y tienen cada vez menos tiempo para Jesús. El Señor y su iglesia ahora tienen sólo una hora de su tiempo, los domingos por la mañana.

Jesús dijo: “El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden” (Juan 15:6). En otras palabras, esa persona se está secando, ya no extrae vida de la vid verdadera. Se engaña pensando que todo está bien, porque todavía habla el lenguaje de la intimidad que una vez disfrutó con Cristo.

Oigo al Espíritu Santo llamando al pueblo del Señor a volver a su primer amor. A volver a tener hambre y sed de más de Cristo. A volver a pasar tiempo de calidad en su presencia. A volver a amar su Palabra. De vuelta a echar sobre él todas sus preocupaciones. A volver a depender de su dirección.

Cristo desea intimidad con su esposa. Él anhela que su amada vuelva a él con amor y obediencia. Humildemente te presento esta palabra, confiando en que el Espíritu Santo despertará tu corazón y te acercará más a él.