¡EMPIEZA A CAVAR HOY!

David Wilkerson (1931-2011)

Mateo nos dice que Jesús habló en parábolas: “Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente … para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo” (Mateo 13:34-35).

Muchos cristianos de hoy piensan que las parábolas parecen muy simples, pero según Cristo, hay una verdad oculta en cada parábola que él relató. Estas verdades sólo se pueden descubrir buscándolas con diligencia. Algunos creyentes repasan superficialmente las parábolas, asumiendo que ven la lección obvia, y prosiguen con lo que consideran “la verdad más profunda”. Quieren una teología que se les presente claramente, expuesta en detalle.

Jesús contó una parábola sobre el tesoro en el campo: “El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo” (Mateo 13:44).

El campo significa cada área en el mundo donde el evangelio ha sido predicado y recibido. Y el hombre que trabaja en el campo representa a todos los que sirven a Jesús. Este hombre se ha enterado de una fuente confiable que el tesoro está enterrado en algún lugar del campo: el tesoro de saber que Cristo es todo lo que él necesita. Todo gozo, dirección y propósito, de hecho, hasta las riquezas del cielo, son suyas en Jesús. Así que mientras los otros obreros trabajan a medias, él comienza a cavar ferozmente tratando de hallar el tesoro.

Curiosamente, cuando encuentra el tesoro, lo esconde de inmediato. ¿Por qué? Porque quiere estar seguro de que no se lo roben. Él no quiere que nadie ni nada lo desvíe de la gran verdad que ha encontrado en Cristo.

Cuando Jesús dice que el obrero del campo “vende todo lo que tiene, y compra aquel campo”, significa para nosotros que intercambiamos nuestra confianza en nosotros mismos y nuestras buenas obras, nuestro temor y duda, por su gran regalo de vida. Intercambiamos nuestro tiempo, nuestros pensamientos, nuestra voluntad, nuestros planes, para comprar el agua viviente, el pan de vida, el gozo y la paz.

¿Cuánto vale este tesoro para ti? ¡Para ganarlo, te insto a que empieces a cavar hoy!