La Amorosa Respuesta del Señor ante el Dolor

Simplemente estoy sorprendido de la amorosa respuesta de nuestro Señor al dolor. Mientras leo la Biblia, veo que nada conmueve a nuestro Dios más que el alma que está destrozada por el dolor.

El dolor es definido como “pena profunda” o “tristeza causada por preocupación extrema”. Isaías nos dice que el Señor mismo está familiarizado con esta dolorosa emoción: “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores” (Isaías 53:3).

Vemos ejemplo poderoso de la respuesta amorosa de Dios al dolor en Marcos 5. Este capítulo contiene el encuentro de Jesús con Jairo, un Principal de la sinagoga y una mujer con un sangrado crónico.

Como principal de la sinagoga en Capernaum, Jairo era parte de un sistema religioso que había rechazado a Jesús.

No sabemos qué pensaba Jairo personalmente acerca de Cristo, pero lo que sí sabemos es que él había presenciado su poder sanador.

Es muy probable que en la sinagoga de Jairo, Cristo sanara a un hombre con una mano seca. Y probablemente Jairo se encontraba entre la muchedumbre cuando Jesús echó fuera espíritus diabólicos que gritaban “Tu eres el hijo de Dios” (Marcos 3:11).

Así mismo Jairo debió haber sabido acerca de los poderosos hechos de Jesús en otras ciudades como Corazín y Betzaida. Él y los otros ancianos en Capernaum ejercían su gran influencia para rechazarlo, causando que Jesús dijera, “Y tu Capernaum que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida: porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy” (Mateo 11:23).

Pero ahora, mientras leemos la historia de Jairo en Marcos 5, encontramos que el dolor llegó a la casa del dirigente. Su hija de doce años yacía enferma en cama “agonizando” (Marcos 5:23). Seguramente esto hizo que Jairo reconsiderara a Jesús.

Fue una terrible pena la que llevó a Jairo ante Jesús.

Si este problema no hubiese afligido al hogar de Jairo, dudo que hubiera venido a Jesús, piénsalo: Aún el milagro de la mano restaurada no había conmovido a Jairo. Las multitudes estaban amontonadas para escuchar a Jesús predicar y verlo realizar Milagros, pero ni aún todo eso había logrado acercar a Jairo hacia Él. Quizás la propia hija de Jairo conocía a Jesús, ya que las escrituras dicen que los niños creían en Él y lo alababan. Me puedo imaginar a esta pequeña niña enferma suplicando, “Padre, pídele ayuda a Jesús, Él me sanará”. Ahora la amada niña de Jairo estaba agonizando ¿Qué clase de batalla interna libró el Principal de la sinagoga antes de acudir a Jesús por ayuda? Su círculo social se burlaba de Jesús llamándolo impostor.  Ellos querían destruirlo al punto de fraguar su muerte. Si Jairo buscara la ayuda de Jesús sería obstaculizado, cortado, ridiculizado. Le costaría no solo su posición en la sinagoga, sino también su lugar en la comunidad religiosa. Él sería un rechazado.

Creo que esta es la razón por la que se nos dice que a Jairo le seguía gran multitud cuando buscó a Cristo. (Marcos 5:24). La gente de Capernaum quería ver lo que le sucedería a este principal de la sinagoga si él llevaba a Jesús a su casa.

Así que ¿Cuál fue la respuesta del Señor cuando Jairo cayó a sus pies y le suplicó grandemente? Simplemente se nos dijo “Jesús fue con él “ (Marcos 5:24). Cristo respondió con amor, aún a pesar de que la fe de Jairo nacía del dolor.

Me puedo imaginar lo que los discípulos estaban pensando: “Este hombre Jairo no quería nada con el Señor cuando todo estaba bien. Ahora él solo lo quiere porque tiene problemas. Jairo ha venido a Jesús porque no tiene otras opciones”. Estaban en lo correcto: Solo el dolor había llevado a Jairo hacia Jesús. Aún el hecho es que servimos a un Salvador que responde amorosamente a cada una de nuestras heridas, dolores y penas. Piénsalo: Lo que hizo Jairo, lo hemos hecho todos. En pasadas ocasiones nosotros nos olvidamos del Señor, lo abandonamos y aún quizás lo rechazamos. Sin embargo la pregunta que más le preocupa a Dios es esta: ¿Dónde estás tu conmigo ahora mismo? ¿En tu pena actual me buscarás? Aún cuando Dios estaba castigando a su pueblo Israel, Él estaba profundamente conmovido por su pena. Jueces 10:16 nos dice “Él fue angustiado a causa de la aflicción de Israel”. En términos literales, el Señor se lamentaba por su gente, lleno de profundo dolor.

Hasta ese punto, le había dicho a esa generación , “No te libraré ya más”. Sin embargo ahora, en su tiempo de miseria, el respondía adentrándose en su dolor.

Encontramos este ejemplo a través del antiguo testamento. Una y otra vez leemos “Dios se arrepintió debido a su lamento”. La frase sugiere “Compasión, Pesar, Consuelo, Facilitar la carga”.

A pesar del juicio, Dios se aflige por sus hijos. El Salmista hace una increíble declaración: “El se acordaba de su pacto con ellos y se arrepentía conforme a la muchedumbre de sus misericordias. Hizo asimismo que tuviesen de ellos misericordia todos los que los tenían cautivos” (Salmo 106:45-46). Cuando Dios ve el dolor de sus hijos no solo se duele por ellos, sino que ¡hace que sus enemigos tengan misericordia de ellos!

Quizás mientras lees esto estás cargado con alguna clase de pesada pena. Pudiera ser de alguien querido que está sufriendo, en problemas o dolor. Pudiera ser un hijo o hija quién este decaído, lentamente hundiéndose en pecado de muerte. Puede ser algún amado que enfrenta crisis financiera severa. Les digo a todos que Cristo Jesús se conmueve por tu pena.

Es maravilloso tener a Jesús caminando con nosotros a través de nuestro dolor, de la misma manera que lo hizo con Jairo. Aún cuando un milagro está a punto de suceder, puede haber retrasos. Aunque Cristo estaba con él, un retraso mortal traería a Jairo al punto de la desesperanza.

El milagro de Jairo se retrasó cuando Cristo respondió al toque de alguien desesperado.

De camino a la casa de Jairo, se encontraron con una mujer que sufría de hemorragia crónica. Por doce años ella había sangrado sin cesar. Literalmente estaba sufriendo una muerte lenta. Lucas, un médico, escribió que ella había gastado en médicos todo cuanto tenía y por ninguno había podido ser curada (Lucas 8:43)

La ley Judía declaraba a esta mujer “impura”. Para nosotros ella representa el tipo de creyente que está atado a la impureza o pecado. De hecho alguien leyendo este mensaje puede estar “sangrando” por una plaga incurable de pecado y durante años, su vida espiritual lentamente ha ido menguado y convirtiéndose en una batalla perdida.

Por doce años esta mujer peleó este tipo de batalla. Ella buscó en todas partes una cura. Ella escuchaba de algún especialista y esto levantaba sus esperanzas. Con cada médico que consultaba, ella ensayaba su historia otra vez diciendo. “Aquí va mi problema”. Todos ellos tomaban su dinero y le hacían promesas. Pero cada vez se iba a casa desanimada. En algún momento, esta mujer debió haber pensado: “No vale la pena, mi condición no tiene remedio. Voy a continuar sufriendo hasta que muera lentamente”.

Tristemente veo multitudes de Cristianos hoy en día haciendo justamente lo que esta mujer hizo. Corren a cualquier lugar que ofrece una respuesta. Explican su problema una y otra vez, esperando que en esta ocasión encontrarán liberación. Todo lo que ellos quieren es que alguien detenga el sangrado en sus corazones.

Ahora aquí estaba la afectada mujer intentándolo una vez más. Esta vez era tocar a este hombre Jesús, simplemente hacer contacto con la orilla de su manto. Y mientras lo hacía, ¡ella fue sanada inmediatamente!

Justo entonces, Jesús se volteó y preguntó. “¿Quién me tocó?” Esto le causó a la mujer temor y temblor (Marcos 5:33) ¿Porqué temblaba de miedo? Era porque ella era ceremonialmente impura. A ella ni siquiera le era permitido adorar con otros, mucho menos tocar a cualquiera. La ley Judía declaraba: “Mas ella permanecerá treinta y tres días purificándose de su sangre; ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario, hasta cuando sean cumplidos los días de su purificación (Levítico 12:4)

Esta mujer tenía miedo de admitir lo que ella había hecho. En efecto, ella tenía razón al temer por su vida. “Sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de Él y le dijo toda la verdad “ (Marcos 5:33).

Hasta este punto, vemos dos razones por las cuales Jesús permitió que el milagro de Jairo se retrasara.

La primera razón fue que Jesús quería aliviar a esta mujer de su sentido de deshonra. Él quería usar el momento para quitar públicamente su culpa. Conozco muchos Cristianos quienes viven como esta mujer, bajo una nube de temor debido a su “impureza.” Quizá esto te describa a ti. Tú has vivido con un pecado acosador por más tiempo de lo que crees y te preguntas: ¿Y qué pasa con mi horrible historia de pecado? Si Jesús sana completamente, entonces debe haber algo mal conmigo porque no sané por completo de mi pecado. No pertenezco a la iglesia. Es un lugar santo y yo no estoy limpio”

Yo digo que si estás en una iglesia buena y responsable entonces estás en el lugar adecuado, ¡porque el Doctor está dentro! A nadie le importará lo malvado que sea tu pecado o por cuánto tiempo no has estado “limpio.” En lugar de eso, a ellos les deberías importar lo suficiente como para solo preguntar, ¿Quiere ser sanado?

Esto nos trae a la segunda razón por la que Jesús retrasó el milagro de Jairo. Él estaba tratando de enseñarle a Jairo una profunda lección. Imagínese lo que sucedía en esa escena: Jairo estaba desesperado por llevar a Jesús al lado de su hija. Sin embargo esta mujer con su problema de sangrado estaba divagando una y otra vez, diciéndole a Jesús su historia completa. De acuerdo a las escrituras, “Ella le dijo todo”, lo cual le llevó mucho tiempo. Me pregunto: Si Jairo se dijo a sí mismo, “Esta mujer ha estado enferma por doce años, ¿Acaso no podría esperar esto un par de horas más? Mi hija está a punto de morir en este preciso momento". Me lo imagino frotándose sus manos, nerviosamente cambiando de un pie a otro, meciéndose sobre sus dedos, mirando si un mensajero venía. 

El hecho es que Jesús pudo haber ido derecho a la casa de Jairo sin demora. Él pudo haber sanado a la mujer y ya, sin escuchar su historia completa. Pero él lo demoró todo con un propósito. Aquí está la primera parte de la lección que Él quería impartir: Es posible que estamos tan consumidos por nuestro propio sufrimiento y dolor, nuestra propia necesidad de un milagro, que somos incapaces de regocijarnos en lo que Jesús está haciendo por otros. Para acabar pronto, nuestro dolor puede cegarnos a la necesidad de otro más allá de la nuestra.

Esto trae la parte dos de esta lección: Cuando vemos lo que Jesús hace por otros, puede construir nuestra fe para nuestro propio problema. Yo creo que Jesús estaba tratando de fortalecer la fe de Jairo en esta escena. Él bien pudo haberle dicho: “Jairo, conozco tu desesperación. Sé todo acerca de la situación de tu hija. ¿Pero no puedes tenderle la mano a esta pobre mujer? Ella ha sufrido cada día por doce años, cada hora desde el momento en que tu hija nació.

Así que ¿Ha habido un retraso en la respuesta a tu oración? ¿Ves a otros a tu alrededor obteniendo victorias, siendo tocados y sanados, teniendo milagros – aún así ¿te mantienes impotente en tu sufrimiento? Te impacientas o enojas con Dios gritando, "¿Por qué yo no, Señor? ¿Dónde está mi milagro? ¿Por qué estás demorando? Sí es así, Tú estás perdiendo el punto completamente. El señor está tratando de aumentar tu fe. Él quiere que te muevas más allá del dolor y confíes en él sin importar la demora que pueda venir. Él está mostrándote que él puede estar trabajando sanando a miles alrededor de ti y aún todavía tiene sus ojos en ti!

Jesús responde especialmente cuando la esperanza parece agotarse.

Me pregunto si Jairo era capaz de escuchar las sorprendentes palabras de Jesús a la sangrante mujer: Hija tu fe te ha hecho salva; ve en paz y queda sana de tu azote.” (Marcos 5:34) Dudo que Jairo escuchara algo de esto, porque su atención ahora estaba en un mensajero que corría hacia él. Las escrituras dicen que mientras Jesús estaba todavía hablando palabras milagrosas a la mujer, Jairo recibió un reporte estremecedor: “Tu hija ha muerto.” (5:35).

Oh, cuántas mentiras habrá susurrado Satánas al oído de Jairo. “Todo esto ha sido en vano. Jesús no puede hacer nada por ti. No hay milagro. Esta mujer reclama ser sanada, pero ¿Es real?”. Después vinieron las penetrantes palabras del mensajero: “¿Para qué molestas más al Maestro?” Piensa en lo que se le dijo a Jairo aquí: “No tiene caso. Es demasiado tarde para que Dios actúe. Gracias Jesús, pero no gracias. Esperaste demasiado tiempo para ayudar.” Puedo escuchar una voz reprendiendo a Jairo: “Confiaste en este Jesús. Caíste a sus pies y suplicaste su ayuda. Pero nada de esto funcionó. Ahora es tiempo de apretar los dientes y regresar a la sinagoga. Jesús no puede ayudarte” Aún así Jesús escuchó todo lo que estaba pasando. Ahora mientras Él veía el temor, la desesperación y el dolor en la casa de Jairo, Él le dijo, “No temas, cree solamente” (Marcos 5:36). Creo que Jesús le estaba diciendo a esa multitud y a nosotros ahora: “No es suficiente caminar conmigo, pídeme y cae a mis pies arrepentido. Debes confiar en mí. Debes creer que yo puedo volver a la vida desde la muerte.”

En efecto , había una prueba final de la fe de Jairo: Fue forzado a mirar a la muerte directo a la cara. La hija de este hombre quebrantado estaba muerta. Imagínese el caos y confusión en su hogar cuando él y Jesús llegaron. Veo a la esposa de Jairo colapsarse en sus brazos llorando, ¿Dónde has estado? Es demasiado tarde, nuestra preciosa hija se ha ido. Como era la costumbre de aquel tiempo, profesionales dolientes pagados estaban llorando y gimiendo en la escena. A pesar de que Jesús lo vio todo, les dijo.”¿Por qué el alboroto y el llanto? La niña no está muerta, sino duerme” (5:39) ¿Cuál fue su reacción? "Se burlaron de Él” (5:40). Una vez más rechazaron el mensaje de Jesús.

Amados, esta escena ilustra lo que el Señor nos pide a todos. Estamos para caminar directo a nuestro lugar de confusión con la muerte, terror y burlas, con la cabeza abajo pero luego tenemos que obedecer esta palabra: “No temas, cree solamente!”

No sabemos si la fe de Jairo se mantuvo firme o si su corazón fue aplastado por el miedo. Sólo sabemos que todos estaban sorprendidos por lo que tuvo lugar a continuación. Jesús tomó a la niña muerta por la mano y dijo: "Muchacha, a ti te digo, levántate. Y luego la muchacha se levantó y caminó, pues era de la edad de doce años" (5:41-42).

Iglesia, estamos a tiempo de recordar las palabras de Jesús una y otra vez – de cara a la desesperanza y a la muerte, cuando todas las posibilidades se acaban y nada se puede hacer humanamente: "No tengas miedo. Cree solamente" Puede que digas: "Pero cuando tengo dolor, no tengo la fortaleza para creer. Estoy demasiado débil, demasiado agobiado", Admito que incluso después de cincuenta y ocho años en el ministerio todavía oro: "Señor, tienes que poner fe en mí. No puedo creer por mi solo" Sin embargo, también puedo dar testimonio de que el Espíritu Santo es fiel para hacer ese trabajo. Él nunca ha fallado en hacerlo por mí.

Por último, Pablo dice que viene el tiempo cuando "habiendo acabado todo, estar firmes" (Efesios 6:13). Estemos firmes en la Palabra de Dios - a pesar de todo el dolor y la pena, a pesar de las debilidades de la carne. Jairo lo hizo, y lo mismo hizo la mujer de flujo de sangre. Ellos determinaron: "Solo necesito tocar el borde de su manto".

¡Lo único que necesitamos para nuestra batalla es a Jesús, quien puede traer vida en medio de la muerte!

David escribió en un salmo que el Señor creó las estrellas "por el aliento de su boca" Piensa en esto: el aliento de la boca de Dios puso todas las galaxias en el lugar. David nos está diciendo, "Cuando estás en dolor, detente y levanta la vista. Te darás cuenta, si Dios puede hacer esto, sin duda puede satisfacer mi necesidad" Estoy de acuerdo. Si en tu dolor te concentras en la majestad de Dios, recibirás más que cualquier respuesta que un predicador podría darte.

Puedes pensar que Dios te ha fallado porque no ha respondido aún. Te digo, su palabra milagrosa está en camino. Él está trabajando en tu liberación en este momento y lo ha estado haciendo desde el momento en que oraste. Él ha prometido nunca abandonarte. Los mares pueden rugir, las montañas pueden caer en el mar, y puede que todo lo que pueda ser sacudido lo sea. Pero él no puede ser sacudido ni tampoco pueden serlo sus propósitos para su iglesia.

Les digo a los homosexuales, "Dejen de escarbar en su pasado, buscando las raíces de su estilo de vida. Sigan adelante con fe y toquen a Jesús por ustedes mismos, como lo hizo esta mujer" Les digo a todos los que están sujetos a los pecados: "Dejen de correr en círculos buscando ayuda, diciendo que no tiene remedio. Toquen a Jesús por la fe. Obedézcanle, y él los sanará. "Les digo a todos los corazones afligidos: "Desahóguense en Jesús. Encomienden todo en sus manos. No teman, solo crean!"

Cuando tocas a Jesús – Cuando alcanzas el borde de su manto - recibes su poder. Cuando la mujer del flujo de sangre lo tocó, se nos dice que "poder ...había salido de él" (Marcos 5:30). Nota que dice "poder". Esto significa poder sobre toda inmundicia, sobre el pecado y sobre la muerte.

Recuerden, él es el Dios que hizo todas las cosas - como tú y yo. Si ese Dios pudo crear un corazón limpio en David, un asesino y un adúltero, él puede hacer lo mismo en ti. Él puede cambiar tu vida. "Mirando a Jesús, el autor y consumador de nuestra fe" (Hebreos 12:2).

Querido santo, Jesús está presente contigo ahora mismo en su batalla. Tú puedes seguir adelante y tocarlo con tanta seguridad como la mujer de flujo de sangre lo hizo. Puedes experimentar la resurrección, el poder sanador de Cristo, así como Jairo lo hizo. Él está caminando a nuestro lado a través de cada demora. Y él tiene un plan para sacarte de la muerte a la vida. No temas, ¡solo cree!