Fe Para lo Imposible

David Wilkerson (1931-2011)

Moisés condujo a los hijos de Israel fuera de Egipto y cuando llegaron al Mar Rojo, el líder mantuvo su vara sobre el agua y durante toda la noche un fuerte viento del este dividió el mar. El agua se levantó como una pared a cada lado para que los israelitas pudieran cruzar en tierra seca. Cuando los egipcios los persiguieron, las aguas los abrumaron y los ahogaron a todos. Lee el relato en Éxodo 14:15-31.

Moisés y los hijos de Israel se regocijaron en el Señor, junto a su hermana María, quien dirigía la danza (ver 15: 20-21). Pero incluso después de esta tremenda victoria, no pasó mucho tiempo antes de que circunstancias adversas hicieran que la gente se quejara contra Moisés y Aarón. Lamentablemente, la mayoría de estas personas que habían sufrido las plagas de Egipto y alabaron a Dios por su liberación en el Mar Rojo no llegaron a la Tierra Prometida. Por el contrario, perecieron en un desierto miserable, todo por la duda.

Amados, nuestra Tierra Prometida hoy es Jesucristo vivo en nosotros. ¡Él es nuestra herencia! Mientras descansamos en su fidelidad, disfrutamos de su presencia. Dios nunca quiso que nos quedáramos atrapados en un desierto de vacío y sequía. A través de su Hijo, él nos ha provisto una vida abundante, una vida libre de preocupaciones y ansiedad si ponemos nuestra confianza en él.

Ahora mismo podrías estar en la lucha de tu vida. El enemigo está viniendo hacia ti por todos lados y aunque tú sabes que tienes un Dios poderoso de tu lado, todo lo que puedes ver es la batalla frente a ti. Le preguntas a Dios: “¿Por qué me metiste en este desastre? No lo lograré”.

La Palabra te asegura que puedes entrar en un lugar de reposo en la plenitud de Cristo. “Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura” (Hebreos 10:22). Dios quiere que vengas a un lugar de paz. Él quiere que descanses verdaderamente en su poder y su capacidad para librarte de todas las trampas, pruebas y tentaciones, ¡si decides confiar en él!