La necesidad en ti y cómo satisfacerla

Este mensaje es para todos aquelos quienes están cargando con una necesidad ahora mismo. Especialmente para aquellos que han tenido miedo de expresar su necesidad. En cincuenta y ocho años de predicar alrededor del mundo, he aprendido que a menudo las personas que llevan las más profundas necesidades pueden ocultarlas tras una fachada. Desde afuera parece que todo está bien en sus vidas, pero por dentro se sienten como de muerte.

Cuando se publicó La Cruz y el Puñal, me reuní con una serie de conocidas personalidades en entrevistas en televisión. Uno de ellos era un comediante que se había divorciado diez veces. Durante la primera hora de escuchar al comediante hablar sobre sus matrimonios, él bromeaba: "Estoy a punto de casarme por undécima vez". Durante todo ese tiempo su futura esposa estaba entre la audiencia. El comediante dijo que los hombres deben dejar el matrimonio si no son felices y se encuentran una esposa más joven.

En un momento el anfitrión se volvió a mí y me dijo: "Señor Wilkerson, no ha dicho nada". En ese momento el Espíritu del Señor vino sobre mí y le dije al comediante: "Señor, yo creo que acabo de conocer al hombre más solitario de los Estados Unidos. Creo que usted llora al dormir por las noches. Usted ha hablado livianamente de su matrimonio y de sus matrimonios anteriores. Pero yo creo que está fingiendo".

El anfitrión rápidamente pasó a un comercial. Unas horas más tarde, después que el show había terminado, yo estaba esperando afuera para llamar a un taxi. El comediante llegó en su auto con rostro triste y me dijo: "Señor Wilkerson, tengo que hablar con usted. Por favor permítame llevarlo a su hotel". Yo subí a en el asiento trasero de su auto mientras él y su novia estaban en la parte delantera. El comediante me miró hacia atrás y me dijo "Reverendo, usted ha puesto el dedo en la llaga".

Mientras conducía, él sacudía la cabeza y decía: "Diez mujeres no pueden haber estado equivocadas. Y yo he calumniado a esas mujeres" dijo, asintiendo con la cabeza hacia su novia. "Yo creo que necesito a Dios. Siempre he tenido una profunda necesidad dentro de mí. Y cuando no se pudo cumplir, pasé de una mujer a otra. Yo estaba tratando de encontrar a alguien que pudiera satisfacer esta necesidad que me acosa." Yo ministré a ese hombre, hablándole sobre Jesús y orando por él y su futura esposa.

En todos mis años de ministerio, todavía no he conocido a nadie que no tenga una necesidad.

He trabajado con jóvenes con una adicción a las drogas tan severa que los expertos de la sociedad dijeron que nosotros debíamos renunciar a ellos. Pero yo sabía que ese deseo que los llevó a la adicción fue una profunda necesidad de amor - del amor de Dios.

En cada uno de nosotros hay alguna profunda pregunta, una profunda herida, un dolor sin sanar. Podría tener que ver con cualquier cosa: familia, hijos, matrimonio, trabajo o simplemente soledad. Aunque tratemos, no podemos ocultar nuestra necesidad de la presencia de Dios. Él Espíritu Santo es como un sabueso de cacería, que viene desde el cielo a buscarnos, para abrir nuestro amor por Jesús. El Espíritu manifiesta este amor no sólo con palabras sino con hechos, mostrándonos el camino para satisfacer nuestras profundas necesidades.

No podemos hacer nada físicamente para satisfacer nuestra necesidad. Ningún doctor o psicólogo puede satisfacerla. Y tampoco podemos satisfacerla mediante la búsqueda de alguna respuesta emocional. Ningún pastor o amigo, ni siquiera una pareja, puede satisfacer esta profunda necesidad. Nadie puede llegar a la raíz de ésta pues nadie tiene la capacidad de hacerlo.

Hay gente con grandes riquezas que ha llegado a esta conclusión. Recuerdo haber leído sobre el dueño de uno de los equipos de Futbol de Nueva York, cuya hija falleció. Esta jovencita tenía todo el dinero que ella quisiera. Ella tenía autos rápidos y llevó una vida también rápida. Entonces un día cuando su vida se había ido, ninguna cantidad del dinero de su padre pudo traerla de vuelta.

Me sorprende cómo muchos jóvenes continúan dándose a una vida de fiestas para tratar de satisfacer su gran necesidad. Para muchos en este país, todas las noches hay fiesta. Ellos consumen exceso de alcohol y fuman marihuana en grandes cantidades. Todo es un intento de llenar el vacío y aliviar sus temores sobre su futuro.

Le pregunté al hijo de un predicador recientemente por qué él estaba andando con los fumadores de marihuana. Él respondió "Nunca he sentido que mi vida valga algo. Aprendo lento y nunca fui aceptado por la gente. Así que me acerqué a algunos amigos que estaban fumando marihuana. Me sentí aceptado por ellos. La marihuana alivia mi mente por unos momentos. En esos momentos, no me siento excluido y no tengo miedo que mi vida no llegará a ser nada.

Sin embargo, él admite que no le estaba ayudando. Cada vez que hablo con él, me dice que ha ido a fumar más y más marihuana - y que está encontrando cada vez menos paz en ella. Yo sé que esto es cierto para algunos lectores. Quizá has llegado a la marihuana, alcohol u otras drogas para tratar de aliviar ese dolor y satisfacer esa profunda necesidad en ti. Pero no funciona.

La Biblia no oculta el hecho de que los placeres de este mundo parecen dar alivio por un tiempo. Pero hay un problema con los pecados del placer: el alivio que traen disminuye con el tiempo. De hecho, esos pecados siguen restando alivio hasta que tu alma queda en un saldo negativo. Las cosas que antes producían placer, ahora te llevan cada vez más a la desesperación.

Algunas personas que están leyendo este mensaje han caído en una trampa. Entre ellos hay quienes han enfrentado esta realidad - y han aceptado la verdad del evangelio.

No puedes encontrar ayuda para tu necesidad en ninguna parte del mundo sino sólo en Cristo.

No hay ningún otro lugar donde volverse en la faz de la tierra. No hay otra esperanza. Tienes que conformar tu mente a que tienes una necesidad de tipo espiritual. Y ninguna droga, ninguna persona ni ninguna cantidad de dinero pueden satisfacerla.

Hay tres cosas que el Espíritu Santo quiere que sepas:

Primero: Tu única esperanza es reconocer que tu necesidad es espiritual. Tiene muy poco que ver con tu pasado. El problema tampoco es por donde estás ahora, sino es lo que te trajo a este punto.

Segundo: No puedes simplemente escuchar la verdad; tienes que actuar en la verdad. Las Escrituras son claras en esto: Jesús dijo "Yo soy el camino, la verdad y la vida... Si me amáis, guardad mis mandamientos". Es decir, si haces lo que digo, estarás actuando en la verdad.

No te equivoques, no es suficiente conocer la verdad. Quizá sepas sobre la Biblia desde tu niñez. Pero incluso eso no es suficiente. Dios deja claro en Romanos que se ha manifestado al mundo a través de las maravillas de la naturaleza y hablando al corazón del hombre. Todos hemos tomado conciencia sobre la verdad de Dios.

Sin embargo se trata de mucho más que solo conocer la verdad. Hay que "hacer" la verdad.  Esto significa escuchar el evangelio de Cristo, aceptarlo como verdad y caminar de acuerdo con su verdad. El deseo de Dios para nosotros es que vivamos en la verdad.

Esto puede sonar bastante simple, pero el apóstol Pablo habla a aquellos que han escuchado la verdad y se han rehusado a andar en ella, amando sus injusticias y placeres.

Tu gran necesidad nunca podrá ser satisfecha si permaneces en tu corazón diciendo "Amo lo que estoy haciendo. No puedo dejarlo."

Tiene que haber un grito de tu corazón. Has llegado al final de tu cuerda. Muchos lectores de este mensaje lo saben. Ellos han escuchado lo suficiente del evangelio como para saber que lo que digo es cierto. Esto me lleva a la tercera cosa que el Espíritu Santo quiere que decirte:

En Juan 17, Jesús estaba hablando a sus seguidores, cuando dijo algo maravilloso e impresionante.

En este pasaje, Cristo está orando por sus discípulos. Sin embargo, esta oración es también para todas las generaciones futuras de quienes pondrían su confianza en él como Salvador y Señor. Jesús dice aquí: "Yo ruego... que los guardes del mal" (Juan 17:15).

Jesús no se detuvo allí. Él añade en el verso 20: "Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos". En otras palabras "No oro solo por los que creen en mí, sino también por aquellos a quienes ellos predicarán".

Al leer esto recientemente, la oración de Cristo me golpeó con toda fuerza. Él estaba orando por ti, querido lector, si estás leyendo estas palabras que escribí para ti ahora. De hecho, en la medida que tú estás leyendo este mensaje, este pasaje de las Escrituras se está cumpliendo.

Jesús comenzó a orar por ti antes que viniera a mi mente escribir este mensaje. Y lo que estoy diciéndote aquí está acompañado por la oración de Jesús mismo al Padre. Él estaba orando que tu corazón se abriera a lo que leyeras: "Padre, dales oídos para oír y ojos para ver".

Debes saber que Jesús ora por ti y Dios nunca ha rechazado las oraciones de su Hijo. Ahora, todo depende de ti. Lo que diré lo diré en amor pero con la responsabilidad de un ministro del Señor: Es un asunto bastante serio tratar de deshacerse de la amorosa gracia de Dios.

Hay una tendencia a endurecer el corazón en este tiempo. Cuando más oyes hablar de Jesús, menos quieres oír de él - y tu corazón se comienza a endurecer. Así, querido, este es el día para ti. Este es el tiempo que Dios ha determinado para que tú lo escuches. Él no te ha hecho escuchar estas palabras antes por mero accidente. Tú estás leyendo esto en su perfecta y divina voluntad.

Él ha conocido desde el principio la profunda necesidad en tu corazón y ha dado evidencia de todos sus intentos de satisfacer tu necesidad. Él ha oído el profundo clamor de tu alma. Pregúntale ahora cómo conocer a su Hijo Jesús. Cristo es el camino para satisfacer todas tus necesidades. Todo lo que necesitas está en Él. Amen.