El Mejor Regalo que Podemos Dar

Claude Houde

¡El ritmo de nuestra vida moderna es tan frenético! Entre el trabajo, la escuela, la iglesia, las tareas del hogar, los mandados, los deberes, los deportes, el iPad, Instagram, Twitter, Snapchat, Facebook, Netflix, etc., no siempre queda mucho tiempo para tener buenas conversaciones familiares. De lunes a domingo, la vida transcurre a cien kilómetros por hora y, con demasiada frecuencia, nos limitamos a conversaciones superficiales con nuestra familia que suenan como: "Ordena tu habitación".

Reservemos tiempo de calidad para escuchar y conversar con nuestros seres queridos. Durante todos los días de nuestra vida, demos el don de la disponibilidad a nuestros cónyuges e hijos. La Escritura dice: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:5-7).

Si tuviera una máquina del tiempo, volvería a los días en que mis hijos aún eran pequeños e intencionalmente tendría conversaciones más profundas con ellos. Hablaría más con ellos sobre lo siguiente:

  • • Los estragos de las drogas y todas las demás formas de adicción, y cómo Dios me ha librado de ellos y puede protegerlos.

  • • Las diferentes formas de tentación que tendrán que enfrentar y cómo Dios les dará fuerza y ​​gracia para resistir.

  • • El valor del trabajo duro, la honestidad y el perdón.

  • • La perspectiva bíblica que he aprendido a tener sobre los temas que escuchan todos los días en la escuela de sus maestros o amigos.

Tomaría la iniciativa de abordar temas delicados. Les hablaría más del Reino de Dios, de sus planes, su gracia, su fidelidad. Con demasiada frecuencia, al inculcar los mandamientos de Dios en nuestros hijos, nuestro enfoque se reduce a una lista de pautas y prohibiciones.

Después de más de treinta y cinco años de ministerio pastoral de tiempo completo en los que he llevado la Palabra miles de veces a más de cincuenta países alrededor del mundo por la gracia de Dios, lo que mis hijos (ahora todos adultos) recuerdan más, no son mis enseñanzas ni mis palabras como pastor. Lo que más recuerdan es el tiempo que pasaron juntos, tratándonos unos a otros como un regalo del Señor. Ten en cuenta que lo que buscan tus seres queridos, por encima de todo, es a ti.

Claude Houde es el pastor principal de Eglise Nouvelle Vie (Iglesia Vida Nueva) en Montreal, Canadá. Bajo su liderazgo, la Iglesia Nueva Vida ha crecido de unos cuantos asistentes a más de 3500, en una parte de Canadá en la que hay muy pocas iglesias protestantes exitosas.