El Gozo del Arrepentimiento

David Wilkerson (1931-2011)

“Y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido” (Daniel 10:19).

El alma de Daniel estaba en agonía. Había estado lamentándose por el pecado (orando, ayunando, llorando) y eso lo dejó boca abajo, totalmente agotado. Él gimió: “Señor mío… mis dolores se han vuelto sobre mí, y no me quedan fuerzas” (Daniel 10:16).

Jesús se acercó a él y tocó su cuerpo, y de repente Daniel se sintió inundado de paz y fuerza. Cristo le dijo: “Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas…” (Daniel 10:19).

Básicamente, Jesús le estaba diciendo a Daniel: “Daniel, yo te amo y quiero darte mi paz. Ahora, levántate y sé fuerte”. Daniel recibió la palabra del Señor y se llenó del poder de Dios. Se puso de pie, completamente libre de temor.

El cristiano arrepentido puede quedar abatido, totalmente de exhausto, abrumado por el dolor y el cansancio. Sin embargo, el Señor siempre viene a tocar su cuerpo, para darle renovada paz y fuerza.

¿Tienes un corazón arrepentido? ¿Quieres uno? Cae hoy de rodillas y clama en confesión por ti mismo, tu familia, tus seres queridos, tu iglesia. Recibirás una increíble revelación del Señor y comenzarás a hablar con labios puros. Conocerás la paz y la fuerza de la mano poderosa de Dios para que ya no vivas con temor de ningún tipo.

“Jehová es mi fortaleza y mi escudo; en él confió mi corazón, y fui ayudado, por lo que se gozó mi corazón, y con mi cántico le alabaré. Jehová es la fortaleza de su pueblo, y el refugio salvador de su ungido” (Salmos 28:7-8).

Lo mejor de todo es que cada uno de estos maravillosos beneficios será “cargado” sobre ti diariamente: “Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios el Dios de nuestra salvación. Selah” (Salmos 68:19). Entonces conocerás el gozo de caminar en arrepentimiento.