¿Quién Es el Gran Yo Soy?

Gary Wilkerson

La compasión de Dios tiene un propósito. Su amor tiene un significado que va más allá de simplemente suplir nuestras necesidades. He visto a Dios sanar a personas con enfermedades terminales como el cáncer, pero si Jesús no regresa pronto, todos morirán de todos modos. Dios no va a seguir restaurando sus cuerpos hasta que tengan 462 años, ¿verdad?

Jesús responde nuestras oraciones para que le preguntemos: “¿Quién eres?” Ésa es la pregunta que Jesús quiere que nos hagamos. Lo vemos tantas veces en las Escrituras.

“…se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban. Y vinieron a él y le despertaron [a Jesús], diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza. Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se decían unos a otros: ¿Quién es este, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?” (Lucas 8:23-25).

No basta con que Jesús haga milagros, nos sane o responda a nuestras peticiones. Preguntar "¿Quién es este?" marca el verdadero comienzo de nuestro viaje de discipulado. Pasamos de amarlo por lo que hace por nosotros a amarlo por lo que es.

Por favor, escúchame, no estoy diciendo que alguna vez dejes de pedirle a Dios que te sane o te ayude. El cristianismo no es un viaje en el que maduras lo suficiente y luego dejas de pedirle a Dios: “¿Restaurarás esta relación? ¿Traerás a alguien que amo? ¿Sanarás mi cuerpo de esta enfermedad? Seguiremos haciendo esas oraciones, pero Jesús nos invita a preguntar también: “¿Quién eres? ¿Cómo eres? ¿Eres digno de confianza en mi situación actual?

En última instancia, Jesús nos está llevando a un lugar donde finalmente lo oiremos cuando dice: “Yo soy”. Él es amor, justicia, gracia, misericordia, pan de vida, luz del mundo, sustentador de nuestros cuerpos, corazones y mentes. Él es la puerta a la libertad, a la alegría y a la vida plena. Él es todo lo que podríamos desear.